La vacuna del virus del papiloma humano puede prevenir las infecciones por algunos de los tipos del virus que son responsables del desarrollo del cáncer de cuello uterino en las mujeres, del cáncer de pene y de ano en los hombres, y de la aparición en mujeres y hombres de verrugas genitales que conocemos como condilomas.
La OMS y los Servicios Nacionales de Salud de Australia, Canadá, muchos países de Europa y de Estados Unidos recomiendan la vacunación de hombres y mujeres jóvenes a fin de protegerlos frente al virus del papiloma humano y sus consecuencias.

Siguiendo las recomendaciones de la FDA americana deberían vacunarse hombres y mujeres en edades comprendidas entre los 9 y los 26 años.
El Comité Consultivo sobre Prácticas de Inmunización americano recomienda que la vacuna se administre de rutina a las mujeres entre 11 y 12 años, aunque se puede empezar a administrar desde los 9 años. En España la edad de vacunación está comprendida entre los 11 y los 14 años.
Para los hombres el Comité americano recomienda la vacunación rutinaria a los 11 o 12 años, extensible hasta los 26 años.

El objetivo de la vacunación frente al virus del papiloma humano es inducir una inmunidad protectora elevada que se mantenga, a ser posible, toda la vida sexual activa de la mujer vacunada.
Por este motivo, y siguiendo las indicaciones de su médico, pueden vacunarse sujetos más allá de los 26 años de edad.

Los efectos secundarios más comunes de la vacuna del virus del papiloma humano son desmayo, vértigo, náuseas, fiebre, dolor de cabeza y reacciones cutáneas en el sitio donde se aplicó la vacuna.
Los efectos adversos no son más frecuentes que para otras vacunas incluidas en los Programas Nacionales de Vacunación, y suelen desaparecer en uno o dos días.

Los datos que tenemos hasta hoy hablan de una protección de largo alcance.
Los estudios han seguido individuos vacunados desde hace ocho años ( tiempo que hace que disponemos de la vacuna ) con total protección frente al virus del papiloma humano