Guía del embarazo
HIPERTENSIÓN Y EMBARAZO
Los trastornos hipertensivos durante el embarazo son una importante causa de morbilidad y mortalidad materna, fetal y neonatal.
La hipertensión es uno de los problemas más frecuentes en el embarazo, tanto en países desarrollados como en los que no lo son.
Más de un 15% de los embarazos acaban siendo complicados por la hipertensión.
Hay diferentes tipos de hipertensión en el embarazo:
- La hipertensión crónica, que es aquella que ya existía fuera del embarazo.
- La hipertensión gestacional, que suele desarrollarse a partir de las 20 semanas de embarazo.
Para cada uno de estos tipos de hipertensión existen tres niveles de gravedad:
- Hipertensión leve: en este caso las cifras del manómetro oscilan entre 140/90 y 149/99 milímetros Hg.
- Hipertensión moderada: la presión varía entre 150/100 y 159/109 mms Hg.
- Hipertensión severa: la tensión arterial llega a 160/110 o más.
Las mujeres hipertensas durante el embarazo tienen más riesgo de:
- Desprendimiento de la placenta.
- Trastornos de la coagulación.
- Accidente vascular cerebral.
Los riesgos para el bebé son:
- Retraso en el crecimiento dentro del útero.
- Prematuridad.
- Muerte fetal intrauterina.
Los síntomas que acompañan la hipertensión durante el embarazo, y que deben comunicarse rápidamente a tu médico son:
- Dolor agudo de cabeza.
- Visión borrosa, o sensación de fogonazos en los ojos.
- Dolor agudo en la boca del estómago.
- Vómitos.
- Dificultad en respirar.
- Hinchazón súbita de cara, manos o pies.
Tratamiento.
El tratamiento dependerá de cuál es la causa de tu hipertensión. Lo importante es tener la tensión arterial bajo control a fin de garantizar un embarazo lo más sano posible.
Los controles frecuentes durante el embarazo ayudarán al control de la tensión arterial.
Haz algún tipo de ejercicio físico suave, como pasear o nadar.
Come bien, de modo saludable, y pon poca sal en tus comidas.
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